La neuralgia del trigémino es un dolor neuropático facial de gran intensidad que afecta generalmente a un lado de la cara, tiene su origen en la alteración del quinto par craneal quien es el encargado de recoger la sensibilidad de gran parte del rostro para enviarla al cerebro.
Los síntomas de la neuralgia del trigémino pueden variar de paciente a paciente, pero en casi todos los casos el dolor facial se describe como una descarga eléctrica de gran intensidad que puede tener duración de unos cuantos segundos hasta minutos. El dolor no es continuo, sino que se presenta en episodios que pueden variar en frecuencia, estos son detonados por movimientos o roces en la cara. Por lo general, las crisis de dolor de la neuralgia del trigémino comienzan siendo cortas y espaciadas, pero conforme pasa el tiempo son cada vez más largas y aparecen con mayor frecuencia, con dolores más agudos.
Esta enfermedad está relacionada con la compresión vascular del nervio trigémino en la mayoría de los casos, sin embargo también puede ser provocada por la pérdida de la envoltura de mielina del nervio en casos de esclerosis múltiple. En algunas ocasiones el nervio está afectado por otra razón como un tumor que lo comprime.
El diagnóstico oportuno de la neuralgia del trigémino es importante ya que es una enfermedad que suele confundirse con un dolor de muelas o cefaleas, de modo que no es tratado de manera adecuada desde el principio, ocasionando que los síntomas comiencen a ser más frecuentes e intensos sin tener el tratamiento apropiado. Desafortunadamente no existe una prueba específica para diagnosticar este trastorno, pero es necesario descartar tumores o algunos otros padecimientos que pudieran llevar a este tipo de dolor.
Después del diagnóstico, se pueden sugerir diversas vías para el tratamiento de la neuralgia del trigémino, existen varias posibilidades ya que el tratamiento de esta enfermedad no es sencillo, no existe ningún medicamento o procedimiento que sea capaz de brindar una solución definitiva al dolor que provoca.
Los dos caminos principales para el tratamiento de la neuralgia del trigémino son la medicación y la cirugía.
La medicación comienza generalmente con carbamacepina, que es un medicamento antiepiléptico, que sirve para intentar controlar el dolor, logra hacerlo en un principio con el 70% de los pacientes. Existen otros fármacos que también pueden ser utilizados como lo es la oxcarbacepina que tiene eficacia similar a la carbamacepina, luego está la más recientemente utilizada eslicarbacepina, que reduce la actividad de este nervio para disminuir el dolor.
En casi todas las ocasiones, el tratamiento basado en la medicación no es suficiente para controlar las crisis de dolor por siempre, además de que algunos pacientes presentan efectos secundarios que parecieran insoportables. Este tratamiento no resulta tan recomendable ya que la disminución del dolor no es permanente, la medicación va perdiendo efectividad conforme pasa el tiempo y después los dolores pueden regresar más intensos.
Por otro lado, se encuentra el tratamiento basado en cirugía, como la descompresión microvascular, este es el principal procedimiento para tratar la neuralgia del trigémino e implica la separación, reubicación o eliminación de los vasos sanguíneos que comprimen la raíz del nervio trigémino de modo que se elimina al culpable del mal funcionamiento del nervio. En esta cirugía se hace una incisión pequeña detrás de la oreja y ahí un orificio hacia el cráneo, a través del cual el neurocirujano tiene acceso para alejar al nervio de los vasos que estén en contacto provocando el dolor. El efecto de esta cirugía puede llegar a ser permanente o ser muy duradero en los pacientes en quienes los medicamentos ya no están funcionando, y a pesar de que se corren riesgos como padecer de disminución auditiva, debilidad facial, entumecimiento facial, accidente cerebrovascular, u otras complicaciones, es el tratamiento que más se recomienda para tratar la neuralgia del trigémino.
Fuente: