La causa más común de neuralgia del trigémino es la compresión de la raíz del nervio trigémino por un vaso sanguíneo (arteria, vena o incluso ambos). Un contacto de un vaso sanguíneo sobre el nervio se puede demostrar a través de una resonancia magnética, sin embargo, la confiabilidad de este estudio de imagen a veces es cuestionable debido a que se ha demostrado que la sensibilidad (proporción de enfermos correctamente identificados) y especificidad (proporción de sanos correctamente identificados) es altamente variable.
En Neurología Segura nos dimos a la tarea de realizar un estudio para valorar la sensibilidad y la especificidad de la resonancia magnética para el diagnóstico de la neuralgia trigeminal clásica. En el estudio incluimos las resonancias magnéticas con secuencia 3D-FIESTA (específica para observar el nervio trigémino) de pacientes operados por descompresión microvascular entre 2014-2017. Sin conocer el lado de la cara afectado por la neuralgia, dos radiólogos expertos analizaron las resonancias en busca de interacción nervio-vaso e identificando el lado afectado en cada paciente para posteriormente comparar las observaciones de los especialistas con la historia clínica del paciente donde se tiene registrado el resultado real.
Con base a los datos reportados por ambos radiólogos, se calculó que la sensibilidad oscil󬬬 entre 54.8-57.1% y la especificidad 76.7-76.9%. Esto significa que solo en cerca de la mitad de las ocasiones, una resonancia magnética será útil para identificar un conflicto del nervio trigémino con un vaso sanguíneo en los pacientes con neuralgia del trigémino. En la otra mitad de pacientes enfermos, los radiólogos no tienen los datos suficientes para confirmar un conflicto. Entonces, para basar completamente la confirmación de un diagnóstico de neuralgia en una resonancia, sería equivalente a lanzar una moneda al aire: cara = tiene contacto, cruz = no tiene contacto. Por otro lado, en 3 de cada 4 casos, pacientes sin neuralgia del trigémino serán correctamente reportados como sanos, lo que indica que, en 1 de cada 4 resonancias de personas sanas, un radiólogo puede indicar que sí existe un conflicto.
Por consecuencia, en muchos casos donde una resonancia no mostró un conflicto neurovascular y los pacientes decidieron operarse como último recurso, resultó que había un vaso sanguíneo comprimiendo al nervio al momento de la cirugía. Con esto se concluye que la resonancia magnética puede ayudar en el diagnóstico, sobre todo en caso neuralgia secundaria a tumores y malformaciones, pero no debe de ser la pauta definitiva para determinar el tipo de tratamiento que recibe un paciente.